De difícil clasificación, la obra de Henri Rousseau se define por la fantasía, la ingenuidad y una sorprendente intuición en lo relativo a composición y color que supera cualquier atadura o semejanza derivadas de la técnica. Su estilo, reconocido por sus propios contemporáneos antiacademicistas, transita entre la realidad, el surrealismo y un exotismo proveniente de lecturas y jardines botánicos. En el centenario de su fallecimiento, el Museo Guggeheim Bilbao ( España ) dedica un homenaje a este primitivista, padre del arte moderno, que no llegaría a pisar, a pesar de sus ensoñaciones, ni una sola de las magníficas junglas que crearía para sus extraños y originales cuadros.
Todos sus cuadros son en mi opinión de un estilo futurista, muy modernos, su forma de representar las estructuras naturales como selvas, y a los seres vivos, tanto personas como animales,todo esto dibujado con un estilo muy particular, huyendo del naturalismo, y representándolo de manera minimalista y con colores muy vivos. Es un estilo inclasificable pero no por ello menos atractivo.
